Nos despertamos lo antes que pudimos porque
estábamos reventados. Sin desayuno nos fuimos a buscar un lugar para desayunar…
obviamente no encontramos… jajaja!!! Compramos unas galletas en un super y nos
tomamos un café en un carrito de la calle, pero estaba buenísimo, era como
Starbucks.
Después nos metimos en el “Central Market” un
edificio de 1888 que tiene un mercado de artesanías y todas esas cosas. Los
precios son bastantes salados y bastante fijos. No se puede regatear mucho.
Estuvimos hasta el mediodía. Luego de nuevo para Petaling Street. Ahí estuvimos
como hasta las 16 porque Nat se moría de hambre y como la señorita quería comer
comida occidental fuimos a McDonalds. Obvio que no queria. Pero me decía “te
comes una McNuggets”. Accedí. Para queee!!! Para que después este todo el día
con dolor de estomago. Hasta que me subí al avión y me dormí seguía con
dolores!!! Increible! Yo no se que tiene pero a los dos nos cayó mal. Debe ser
el Aceite quizás, no sé.
A las 18 teníamos que hacer el check out del
hotel así que nos bañamos, acomodamos las mochilas y partimos. A donde? De
nuevo a Petaling a hacer algunas compritas mas. En realidad mucho no compramos.
Lo que pasa es que se pierde mucho tiempo regateando. Porque ellos te lo pueden
bajar. Pero prefieren perder la venta si no te lo venden caro. No es como en
India que se desesperan. Te dejan ir. Es como que le tenes que andar rogando
que te lo baje y si le caes bien quizás accede y te baja el precio. Además, te
tiran cualquier cosa, precios irrisorios. Pero viven de esto, del turismo,
principalmente Europeo y Japonés, no Sudaca! Jajaja! Para ellos es re barato!
Llego el taxi al hotel y nosotros ya lo
estábamos esperando. A eso de las 21hs. Lo contratamos directamente desde el
hotel por 90rm. No quisimos ir en el tren o en el shutle bus del aeropuerto por
los bolsos. Y menos mal. Porque hubiese sido imposible. La valija grande pesaba
800 kilos!!!
Llegamos al airport, hicimos el check in, nos pasamos de peso con
la valija grande, pesaba 35 y debía pesar máximo 32. Por suerte nos dejo pasar
el pibe. Muy macanudo. Y bueno, así nos empezamos a despedir del viaje, que la
verdad se nos pasó volando.