domingo, 21 de noviembre de 2010

Internados en el hospital de Chiang Mai, Tailandia

Después de una noche agitada porque Mati se la pasó en el baño con diarrea, nos despertamos tipo 8 hechos mierda. Yo no sabía qué hacer porque seguía yendo líquido puro y teníamos miedo de que se deshidrate, así que agarré el skype y llamé al servicio médico de Visa, ya que por la tarjeta teníamos seguro. Tomaron nuestros datos y quedaron en enviarnos un médico. Pero pasaba el tiempo y no venía nadie. Sólo recibimos un llamado de la oficina de seguro de Bangkok, pero nos preguntaron si no podíamos acercarnos al centro médico. Yo justo había ido a comprar un termómetro y Mati les dijo que en lo posible vayan al hotel. La chica quedó en llamar de nuevo, pero no lo hizo en el tiempo previsto.
Así que lo busqué a Mati, le pedí la dirección del hospital a la recepcionista del hotel y me lo llevé en un tuc tuc para allá. Ni bien llegamos fue un bardo hacer todo el tramiterío para que nos cubra el seguro, porque de acá tienen que contactarse con Bangkok y ellos, a su vez, con Buenos Aires. Pero justo me llamó la de Bangkok al celular, así que le pasé el teléfono a la chica que me estaba atendiendo en el hospital y en su idioma se entendieron. Quedó claro que estábamos asegurado, al menos para la primera consulta.
Luego de eso nos llevó a ver al médico. Le tomaron la fiebre, la presión, todos los análisis vitales. Tenía 38 de fiebre, presión normal, pero seguía yendo al baño a cada rato. El médico lo vio y nos recomendó que nos quedemos en el hospital por una noche para que le den antibióticos e hidratación por vía oral. Nosotros no sabíamos qué hacer porque no teníamos cobertura todavía para eso. Pero bueno, nos llevaron a la habitación, le pusieron el suero y nos quedamos allí todo el día. Las enfermeras venían a cada rato. LA verdad, muy buena atención. Por suerte caímos en un muy buen hospital.




La autorización del seguro para cubrirnos 24 horas en el hospital llegó como a las 19, así que ahí nos quedamos tranquilos, cenamos y nos fuimos a dormir, con la esperanza de que se recupere un poco y al otro día poder salir.
La habitación está buena, es grande, tiene hasta una pequeña cocinita con microondas y un sillón para que pueda dormir el acompañante, en este caso, yo. Bueno, los dejamos. Mañana será otro día y espero que mejore la suerte, ya que venimos bastantee enjetados.

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